En el año 1976, el astronauta Nikolai Peckmann fue enviado en una misión solitaria a una estación espacial llamada Mission Six (Misión 6) para estudiar los niveles de radiación y las extrañas circunstancias con las que perdieron la vida cuatro miembros de su última tripulación.
Todo transcurrio sin incidencia alguna hasta el tercer día, en el que las transmisiones de Peckmann llegaban a la torre de control de la Tierra entrecortadas y su voz comenzaba a mostrar delirios y signos de paranoia.
Sus mensajes aseguraban que estaban ocurriendo cosas muy extrañas, sintiendose perseguido en todo momento y comenzando a pensar que se trataba de los espíritus de los astronautas muertos, que lo perseguían a lo largo de toda la estación. Los mensajes demostraban los pensamientos de un hombre que estaba perdiendo la razón.
En la Tierra, observaban las grabaciones de algunas cámaras de la estación, donde se veía a Peckmann corriendo a lo largo de los pasillos, mirando continuamente hacia atrás como si alguien le buscara, deteniendose y apoyandose nervioso en las paredes para tomar analgésicos y conseguir calmar su inquietud y disipar la imagen de esos fantasmas invisibles que le atormentaban.
Las comunicaciones eran cada vez peores. Sólo se conseguía recibir transmisiones y mensajes entrecortados en la torre de control. Cerca del quinto día, comenzaban a fallar las comunicaciones con las cámaras. La actividad del astronauta se había incrementado de tal manera, que se detectó que había consumido todas las provisiones, botiquines y frutas administradas para el viaje antes de lo previsto, colocandolo en una situación delicada, ya que era imposible enviar otra tripulación de rescate antes de que muriera por inanición.
Después de un largo periodo de interrupción de la transmisión, que eran ya muy frecuentes, la torre de control recibe una transmisión entrecortada en la que se oye algún ruido y a Peckmann gritar.
Desde la torre de control se intentan reestablecer las comunicaciones, sin suerte. Cuando finalmente lo consiguen, reina un silencio absoluto. No hay rastro de Peckmann. Tras varias investigaciones sólo consiguen encontrar en una de las cabinas de la estación, su traje espacial completamente vacío, tirado en el piso.
Es un poco larga, pero es interesante.
Todo transcurrio sin incidencia alguna hasta el tercer día, en el que las transmisiones de Peckmann llegaban a la torre de control de la Tierra entrecortadas y su voz comenzaba a mostrar delirios y signos de paranoia.
Sus mensajes aseguraban que estaban ocurriendo cosas muy extrañas, sintiendose perseguido en todo momento y comenzando a pensar que se trataba de los espíritus de los astronautas muertos, que lo perseguían a lo largo de toda la estación. Los mensajes demostraban los pensamientos de un hombre que estaba perdiendo la razón.
En la Tierra, observaban las grabaciones de algunas cámaras de la estación, donde se veía a Peckmann corriendo a lo largo de los pasillos, mirando continuamente hacia atrás como si alguien le buscara, deteniendose y apoyandose nervioso en las paredes para tomar analgésicos y conseguir calmar su inquietud y disipar la imagen de esos fantasmas invisibles que le atormentaban.
Las comunicaciones eran cada vez peores. Sólo se conseguía recibir transmisiones y mensajes entrecortados en la torre de control. Cerca del quinto día, comenzaban a fallar las comunicaciones con las cámaras. La actividad del astronauta se había incrementado de tal manera, que se detectó que había consumido todas las provisiones, botiquines y frutas administradas para el viaje antes de lo previsto, colocandolo en una situación delicada, ya que era imposible enviar otra tripulación de rescate antes de que muriera por inanición.
Después de un largo periodo de interrupción de la transmisión, que eran ya muy frecuentes, la torre de control recibe una transmisión entrecortada en la que se oye algún ruido y a Peckmann gritar.
Desde la torre de control se intentan reestablecer las comunicaciones, sin suerte. Cuando finalmente lo consiguen, reina un silencio absoluto. No hay rastro de Peckmann. Tras varias investigaciones sólo consiguen encontrar en una de las cabinas de la estación, su traje espacial completamente vacío, tirado en el piso.
Es un poco larga, pero es interesante.