Índice
Capitulo 12: PLANES A CORTO PLAZO
Me desperté con los primeros rayo de sol del día, lentamente me di vuelta y observe como los otros dormían plácidamente. Me levante de la bolsa de dormir tratando de hacer el menor ruido posible, me acerque a la cornisa del edificio para observar la calle, paresia vacía, con escombros por toda la calle, era un escenario de guerra, de una guerra que había terminado hace mucho, pero recién había comenzado.
Tome un farol de gas que había en el techo y una botella de agua, baje las escaleras, cuando llegue al almacén lo prendí. Enfoque el faro por todas partes buscando la puerta del baño hasta que di con ella. Entre, apoye el farol en el inodoro y me mire al espejo, todavía tenia la cara manchada de sangre por el corte que me había echo en el choque, tome la botella limpie mi rostro y mis manos, al mirar la herida paresia que necesitaba un par de puntos, para eso necesitaría a Mark, pero no pensaba despertarlo. Observe mi rompa en el espejo y estaba completamente manchada de sangre, necesitaba un nuevo guardarropa.
Tome el farol y salí a la tienda , había un montón de ropa para casa y pesca. Eran telas duras y gruesas preparadas para sobrevivir en ambientes inhóspitos, eso hijos de puta no podrían atravezarla fácilmente, encontré unos pantalones y una camisa de camuflaje gris, en la etiqueta decía “para ambientes urbanos” eso me convenció. Luego encontré unas botas militares de color negro de mi talle, tome un chaleco anti balas de color negro y unos protectores de codos y rodillas. Rebuscando por la tienda encontré un pasamontañas de esos que usan los alpinistas, son gruesos y resistentes, encontré un casco y unos lentes que iban con todo el juego, unos guantes militares con los dedos recortados, agarre una mochila militar y algo que era una especie de arnés con bolsillo que pasaba por los codos y la cintura. Luego de ponerme todo eso me mire en un espejo, no pude evitar reírme de mi mismo, paresia un militar, la idea de que yo fuera un soldado me causaba mas gracía a un.
Mientras probaba mi nuevo traje de supervivencia, vi por la puerta del almacén un luz que se acercaba, era Katy. Al verme primero se impresiono, como si hubiera visto un fantasma, luego de comprender la situación no puedo evitar largar un pequeña risa en voz baja, me dijo que íbamos a desayunar y tan rápido como vino se fue, me saque el casco y los lentes y lo coloque en la mochila, tome el farol y acelerando el paso me dirigí al techo.
Al entrar con ese aspecto al techo note como todos espesaron a largar pequeñas risas. Pedro estaba cocinando el desayuna, cuando se levanto y se dio vuelta comenzó a reírse estrepitosamente, maldito mejicano. Pedro nos sirvió en un plato unos huevos fritos y algo de tocino. Como si hubiéramos pasado años sin comida nos abalanzamos sobre la comida. Luego de terminar nuestro apetitoso desayuno llame a Mark.
Le pedí si podía revisar mi herida, la observo durante unos segundo, luego me dijo que me sentara. Trajo el botiquín saco un algodón y algo de desinfectante, mojo el algodón el el liquido y lo paso por la herida. Luego de desinfectar saco un aguja e hilo quirúrgico y la cosió, 5 dolorosos puntos fueron, luego le coloco una gasa y lo pego con cinta hipoalergénica.
A pesar de las burlas no me saque mi hermoso traje, como en esta época del año hace frió y mi traje me resguardaba bien. Como estaba aburrido baje a la tienda a curiosear, lo otros se quedaron arriba hablando y divirtiéndose con un Monopoly que Pedro tenía. Empece a observar las armas de gran calibre que estaban colgadas en las paredes, de pronto sin aviso una mano me toco el hombro, con una cara de terror me di vuelta, no lo podía creer, era el mejicano. Nos quedamos un rato observando los rifles en la pared, luego el mejicano tomo uno como si fuera un bebe y me lo mostró. Pensé que Pedro se iba a poner a llorar, se notaba que le tenía cariño a ese rifle, era un M1 Garand, me mostró todas sus parte y me explico como disparar y como cargarlo. Me contó que ese rifle tenía un alcance y una precisión espectacular, el mejicano se fue un al deposito y yo me quede en el local observando las armas, unos minutos después apareció con el rifle en la mano, le había colocado una correa y una mira telescópica luego me lo entrego a mi, me miro con una sonrisa tomo y volvió al techo.
Era claro que el mejicano me tenía mucha confianza, eso me daba seguridad ya que el era un muy buen hombre, me quede un rato contemplando a mi nuevo amiguito, luego tome otra pistola y dos fundas y las coloque en mi cinturón, colgué el rifle en mi espalda, tome mi lampara y subí de nuevo al techo.
Ya han pasado dos semanas desde que habíamos llegado a la armería. No paresia haber señales de vida en la calle y no alegrábamos de eso, no hemos logrado captar ninguna señal de radio eso nos preocupaba ya que no nos podíamos enterar de como iban las cosas ahí afuera. Aunque todo paresia flores y rosas la comida se acababa, tuvimos la suerte de encontrar unas cajas con latas de conserva en el almacén de abajo, Carlos vendía comida para bunkers y expediciones. Sabía que la comida se iba a acabar y que íbamos a tener que salir pero realmente esa idea me aterrorizaba, tarde o temprano habría que idear un plan, en este nuevo mundo los planes y lo refugios eran a corto plazo.
Estavamos en el techo, yo me tomaba unas Corona con el mejicano y hablábamos para despejar la mente, Katy escribía y dibujaba en una libreta que había encontrado abajo, Mark revisaba la herida en el pie de Bill, por suerte la miá ya había sanado, realmente era increíble el tobillo ese, no había heridas superficiales, Mark suponía que los huesos habían empezado a soldarse, que bien iba todo. Hacia mucho tiempo que no observábamos ningún infectado y estábamos seguro allí.
Mientras todo el mundo gozaba de una tarde soleada, de la nada oímos el sonido de un auto a toda velocidad, se acercaba a donde estábamos. Sin aviso lo vimos doblar la esquina, pobre bastardo corrió la misma suerte que nosotros, su velocidad no le había permitido esquivar lo escombros de nuestra antigua camioneta, por suerte no había volcado. Dentro del auto había un hombre con unas ropas gruesas y una especie de trapo largo que tapaba su nariz y su cuello y quedaba en su espalda colgando como una pequeña capa, trato de hacer marcha atrás pero la transmisión se había destrozado con el impacto, lo peor se avecinaba, miles de pies corriendo y gritos desesperados cada vez mas fuertes. El hombre se bajo y justo en ese instante alrededor de 20 rabiosas bestias doblaron al esquina, el hombre tenía un arma automática, según Carlos un M4, empezó a disparar contra los seres pero solo logro matar a 5. corrió en dirección contraria a los no muertos, pero luego aparecieron unos delante de el, les disparo pero su arma no sabemos si se trabo o se quedo sin munición, desenfunde mi arma y justo ante de abrir fuego Carlos bajo mi armar y me dijo: “no reveles nuestra posición”, la guarde en la funda y continué observando. Luego lo peor, trato de esquivarlos pero ya era demasiado tarde las bestias se abalanzaron sobre el pobre mal parido los destrozaron, luego de terminar con el solo quedaba una mancha de sangre en el piso y algunos restos devastados.
En el ínterin de todo este espectáculo Katy comenzó a llorar y bajo las escaleras corriendo. Nosotros nos quedamos observando el horroroso espectáculo, no nos habíamos inmutados, que pasaba con nosotros, nuestra humanidad se había marchado o la situación nos había echo mas “duros”. Me di vuelta y empecé a caminar hacia las escalera, el mejicano tomo mi hombro y me dijo: “dejala necesita tiempo a solas”. Lo mire con cara de no saber que hace y me senté en el piso. Paso una hora y Katy apareció en la puerta, tenía los ojos vidriosos, había pasado todo el rato llorando. Se sentó en una silla y bebió al de agua, nadie dijo nada, nadie quería hablar de lo sucedido.
Luego de nuestro desafortunado encuentro con ese pobre hombre, algunos infectados quedaron bagando en la calle como si sintieran algo, no podíamos eliminarlos desde nuestro refugio, pero tenía un plan y sabía que hacer.
Capitulo 13: LIMPIANDO LA CALLE
El ultimo incidente había causado que algunos zombies rondaran por la calle, sabia que había que eliminarlos pero no podíamos hacerlo desde el refugio. No queríamos miles de bestias rabiosas golpeando en la puerta, había que hacer un plan. Yo ya sabía que hacer.
Había un montón de otras tiendas en lo alrededores del refugio, había que lograr llegar al café de la esquina y establecer un puesto de vigilancia y control. Pedro tenía una escalera en el almacén con eso podría llegar a la esquina, el mejicano también iba a ayudar. Mientras yo estaba en un de las esquinas Pedro iría a la otra, así tendríamos una visión del área en donde estábamos mas grande. Prepare mis provisiones ya que estaría en la esquina por lo menos una semana, una carpa, munición, mi bolsa de dormir, una lampara, una linterna, comida, un walkie tolkie, unas revista que encontré, mi traje protector, el M1 Garand, las dos pistolas Glock, una radio y aunque no lo podría usar mi bate.
Ya estaba todo listo y preparado, esta era mi ultima noche en el refugio por un tiempo. Como siempre cenamos y los chicos se fueron a dormir, como siempre nos quedamos con el mejicano hablando y tomando tequila. Luego de un rato de charla me metí en la bolsa de dormir y me propuse dormir, luego de un rato caí ante el hechizo del sueño y me dormí. Al otro día Katy con su dulce vos me despertó y me entrego mi desayuno, luego de comerlo revise mi equipo y me prepare, me despedí de todos y tome la escalera.
No fue fácil llegar a la esquina, use la escalera como puente pero igual fue difícil. Al llegar a la esquina podía observar a pleno las dos calles, arme la carpa y dentro coloque todo mi equipo, la caja con munición, arriba de esta la radio, la carpa tenía un pequeño gancho para colgar la lampara. Deje reposar el rifle a lado de la bolsa de dormir y abrí la mochila, saque el walkie tokie y me sorprendí al encontrar lo que había abajo. El mejicano siempre con esos detalles, había una pack de 6 latas de cerveza Corona, cada vez que bebíamos cerveza repetía lo mismo “nada se compara a una buena Corona fría”, cada vez que recuerdo esto no puedo evitar sonreír.
Ya estaba asentado en el café, prendí la radio y trate de encontrar alguna señal sin éxito. Tome el walkie tokie y me comunique con los chicos les dije que todo estaba bien, ya estaba listo para pasar mi semana. Observe la calle y había alrededor de 50 infectados, entre a la carpa y tome el rifle y unos cuantos cartuchos, me tire cuerpo a tierra en el techo con mi rifle en la mano, apunte con la mira a un hombre de no mas de 40 años, tenía unos profundos ojos rojos y una mirada desesperada, me relaje exhalé y cuidadosamente presione el gatillo. Vi como su cráneo se partía, hueso, cerebro y sangre salto al penetrar la bala en la cabeza. El hombre callo de rodilla y luego se tendió en el piso con sangre que brotaba de su cerebro. Los infectados empezaron a moverse y ha rugir, claramente habían notado el disparo y la muerte de su compañero caníbal, me quede mirando el cuerpo muerto a través de la mira del rifle, si ninguna alarma, sentía un grito de euforia, me di vuelta venía desde el walkie tokie, luego escuche “buen disparo compadre” era la voz del mejicano, me reí y tome el walkie tolkie:
-Max: jajajaj buen tiro para ser mi primer disparo
-Pedro: realmente me impresionaste amigo, la primera vez que te vía con la pistola se notaba que te vibraban las pelotas jaja
-Max: eres tan cómico, maldito mejicano,¿te apuesto 2 Coronas a que no mejoras mi tiro?
-Pedro: trato echo amigo
Que imbécil fui, como le iba a apostar a Pedro que no mejoraba mi disparo, bueno por lo menos me quedan 4 cervezas. Me quede parado esperando el disparo. Luego sin aviso sentí el ruido de un rifle disparando, y observe co0mo un bastardo caía al suelo con medio cerebro afuera. Tome el rifle y use la mira como prismáticos, localice las piernas del muerto y lentamente fui subiendo hacia la cabeza, maldito hijo de puta, le había metido la bala exactamente entre las dos cejas, tome el walkie tolkie y le dije:
-Max: eres un mejicano hijo de puta, vuélvete a tu maldito país (en tono burlón)
-Pedro: jajajaj no me quedo aquí, me gusta romperles el culo a blanquitos con arma
El mejicano era todo un personaje, que suerte tuvimos al encontrarnos con el, nos salvo la vida y ademas encontramos un excelente compañero. Luego de nuestra pequeña competencia, pasamos toda la tarde matando a los bastardos de la calle, para la noche ya teníamos toda la calle despejada. Me metí en mi tienda, deje el rifle en el suelo y me desplome en mi bolsa de dormir. Había pasado toda la tarde matando infectados, me merecía una buena cena, tome dos latas de conserva, una era carne y la otra verduras, las devoré en cuestión de segundos. Luego salí afuera y tome una de las cervezas, antes de que pudiera hacer algo, la voz del mejicano sonó en el walkie tolkie:
-Pedro: no vas a empezar a beber sin mi ¿no?
-Max: ¿como sabes que tome una cerveza?
-Pedro: Mira a la esquina
tome el rifle y use la mira para ver, ahí estaba el mejicano con un par de grades binoculares y una botella de cerveza en la mano, aunque estábamos a una cuadra de distancia nada impediría que tengamos nuestras charlas, no me sentía tan solo como creía que estaría.
La semana paso rápido, hablando por el walkie tolkie, leyendo las revistas, matando a algún zombie ocasional, antes de que me diera cuenta los 7 días habían pasado. Guarde todo el equipaje y con la escalera emprendí el camino de vuelta a el refugio.
Me alegre al ver que todos me esperaban felices, me sorprendió ver a Bill parado, todo marchaba bien. Después de una hora de mi llegada el mejicano estaba de vuelta. Luego todo el panorama de ennegreció, no entendía que había pasado, luego comprendí, la comida estaba en las ultimas quedaban para unos 5 días. Si no conseguíamos comida moriríamos de hambre. Había que idear un plan y rápido, no nos quedaba mucho tiempo.
Saludos, pronto más episodios
Me desperté con los primeros rayo de sol del día, lentamente me di vuelta y observe como los otros dormían plácidamente. Me levante de la bolsa de dormir tratando de hacer el menor ruido posible, me acerque a la cornisa del edificio para observar la calle, paresia vacía, con escombros por toda la calle, era un escenario de guerra, de una guerra que había terminado hace mucho, pero recién había comenzado.
Tome un farol de gas que había en el techo y una botella de agua, baje las escaleras, cuando llegue al almacén lo prendí. Enfoque el faro por todas partes buscando la puerta del baño hasta que di con ella. Entre, apoye el farol en el inodoro y me mire al espejo, todavía tenia la cara manchada de sangre por el corte que me había echo en el choque, tome la botella limpie mi rostro y mis manos, al mirar la herida paresia que necesitaba un par de puntos, para eso necesitaría a Mark, pero no pensaba despertarlo. Observe mi rompa en el espejo y estaba completamente manchada de sangre, necesitaba un nuevo guardarropa.
Tome el farol y salí a la tienda , había un montón de ropa para casa y pesca. Eran telas duras y gruesas preparadas para sobrevivir en ambientes inhóspitos, eso hijos de puta no podrían atravezarla fácilmente, encontré unos pantalones y una camisa de camuflaje gris, en la etiqueta decía “para ambientes urbanos” eso me convenció. Luego encontré unas botas militares de color negro de mi talle, tome un chaleco anti balas de color negro y unos protectores de codos y rodillas. Rebuscando por la tienda encontré un pasamontañas de esos que usan los alpinistas, son gruesos y resistentes, encontré un casco y unos lentes que iban con todo el juego, unos guantes militares con los dedos recortados, agarre una mochila militar y algo que era una especie de arnés con bolsillo que pasaba por los codos y la cintura. Luego de ponerme todo eso me mire en un espejo, no pude evitar reírme de mi mismo, paresia un militar, la idea de que yo fuera un soldado me causaba mas gracía a un.
Mientras probaba mi nuevo traje de supervivencia, vi por la puerta del almacén un luz que se acercaba, era Katy. Al verme primero se impresiono, como si hubiera visto un fantasma, luego de comprender la situación no puedo evitar largar un pequeña risa en voz baja, me dijo que íbamos a desayunar y tan rápido como vino se fue, me saque el casco y los lentes y lo coloque en la mochila, tome el farol y acelerando el paso me dirigí al techo.
Al entrar con ese aspecto al techo note como todos espesaron a largar pequeñas risas. Pedro estaba cocinando el desayuna, cuando se levanto y se dio vuelta comenzó a reírse estrepitosamente, maldito mejicano. Pedro nos sirvió en un plato unos huevos fritos y algo de tocino. Como si hubiéramos pasado años sin comida nos abalanzamos sobre la comida. Luego de terminar nuestro apetitoso desayuno llame a Mark.
Le pedí si podía revisar mi herida, la observo durante unos segundo, luego me dijo que me sentara. Trajo el botiquín saco un algodón y algo de desinfectante, mojo el algodón el el liquido y lo paso por la herida. Luego de desinfectar saco un aguja e hilo quirúrgico y la cosió, 5 dolorosos puntos fueron, luego le coloco una gasa y lo pego con cinta hipoalergénica.
A pesar de las burlas no me saque mi hermoso traje, como en esta época del año hace frió y mi traje me resguardaba bien. Como estaba aburrido baje a la tienda a curiosear, lo otros se quedaron arriba hablando y divirtiéndose con un Monopoly que Pedro tenía. Empece a observar las armas de gran calibre que estaban colgadas en las paredes, de pronto sin aviso una mano me toco el hombro, con una cara de terror me di vuelta, no lo podía creer, era el mejicano. Nos quedamos un rato observando los rifles en la pared, luego el mejicano tomo uno como si fuera un bebe y me lo mostró. Pensé que Pedro se iba a poner a llorar, se notaba que le tenía cariño a ese rifle, era un M1 Garand, me mostró todas sus parte y me explico como disparar y como cargarlo. Me contó que ese rifle tenía un alcance y una precisión espectacular, el mejicano se fue un al deposito y yo me quede en el local observando las armas, unos minutos después apareció con el rifle en la mano, le había colocado una correa y una mira telescópica luego me lo entrego a mi, me miro con una sonrisa tomo y volvió al techo.
Era claro que el mejicano me tenía mucha confianza, eso me daba seguridad ya que el era un muy buen hombre, me quede un rato contemplando a mi nuevo amiguito, luego tome otra pistola y dos fundas y las coloque en mi cinturón, colgué el rifle en mi espalda, tome mi lampara y subí de nuevo al techo.
Ya han pasado dos semanas desde que habíamos llegado a la armería. No paresia haber señales de vida en la calle y no alegrábamos de eso, no hemos logrado captar ninguna señal de radio eso nos preocupaba ya que no nos podíamos enterar de como iban las cosas ahí afuera. Aunque todo paresia flores y rosas la comida se acababa, tuvimos la suerte de encontrar unas cajas con latas de conserva en el almacén de abajo, Carlos vendía comida para bunkers y expediciones. Sabía que la comida se iba a acabar y que íbamos a tener que salir pero realmente esa idea me aterrorizaba, tarde o temprano habría que idear un plan, en este nuevo mundo los planes y lo refugios eran a corto plazo.
Estavamos en el techo, yo me tomaba unas Corona con el mejicano y hablábamos para despejar la mente, Katy escribía y dibujaba en una libreta que había encontrado abajo, Mark revisaba la herida en el pie de Bill, por suerte la miá ya había sanado, realmente era increíble el tobillo ese, no había heridas superficiales, Mark suponía que los huesos habían empezado a soldarse, que bien iba todo. Hacia mucho tiempo que no observábamos ningún infectado y estábamos seguro allí.
Mientras todo el mundo gozaba de una tarde soleada, de la nada oímos el sonido de un auto a toda velocidad, se acercaba a donde estábamos. Sin aviso lo vimos doblar la esquina, pobre bastardo corrió la misma suerte que nosotros, su velocidad no le había permitido esquivar lo escombros de nuestra antigua camioneta, por suerte no había volcado. Dentro del auto había un hombre con unas ropas gruesas y una especie de trapo largo que tapaba su nariz y su cuello y quedaba en su espalda colgando como una pequeña capa, trato de hacer marcha atrás pero la transmisión se había destrozado con el impacto, lo peor se avecinaba, miles de pies corriendo y gritos desesperados cada vez mas fuertes. El hombre se bajo y justo en ese instante alrededor de 20 rabiosas bestias doblaron al esquina, el hombre tenía un arma automática, según Carlos un M4, empezó a disparar contra los seres pero solo logro matar a 5. corrió en dirección contraria a los no muertos, pero luego aparecieron unos delante de el, les disparo pero su arma no sabemos si se trabo o se quedo sin munición, desenfunde mi arma y justo ante de abrir fuego Carlos bajo mi armar y me dijo: “no reveles nuestra posición”, la guarde en la funda y continué observando. Luego lo peor, trato de esquivarlos pero ya era demasiado tarde las bestias se abalanzaron sobre el pobre mal parido los destrozaron, luego de terminar con el solo quedaba una mancha de sangre en el piso y algunos restos devastados.
En el ínterin de todo este espectáculo Katy comenzó a llorar y bajo las escaleras corriendo. Nosotros nos quedamos observando el horroroso espectáculo, no nos habíamos inmutados, que pasaba con nosotros, nuestra humanidad se había marchado o la situación nos había echo mas “duros”. Me di vuelta y empecé a caminar hacia las escalera, el mejicano tomo mi hombro y me dijo: “dejala necesita tiempo a solas”. Lo mire con cara de no saber que hace y me senté en el piso. Paso una hora y Katy apareció en la puerta, tenía los ojos vidriosos, había pasado todo el rato llorando. Se sentó en una silla y bebió al de agua, nadie dijo nada, nadie quería hablar de lo sucedido.
Luego de nuestro desafortunado encuentro con ese pobre hombre, algunos infectados quedaron bagando en la calle como si sintieran algo, no podíamos eliminarlos desde nuestro refugio, pero tenía un plan y sabía que hacer.
Capitulo 13: LIMPIANDO LA CALLE
El ultimo incidente había causado que algunos zombies rondaran por la calle, sabia que había que eliminarlos pero no podíamos hacerlo desde el refugio. No queríamos miles de bestias rabiosas golpeando en la puerta, había que hacer un plan. Yo ya sabía que hacer.
Había un montón de otras tiendas en lo alrededores del refugio, había que lograr llegar al café de la esquina y establecer un puesto de vigilancia y control. Pedro tenía una escalera en el almacén con eso podría llegar a la esquina, el mejicano también iba a ayudar. Mientras yo estaba en un de las esquinas Pedro iría a la otra, así tendríamos una visión del área en donde estábamos mas grande. Prepare mis provisiones ya que estaría en la esquina por lo menos una semana, una carpa, munición, mi bolsa de dormir, una lampara, una linterna, comida, un walkie tolkie, unas revista que encontré, mi traje protector, el M1 Garand, las dos pistolas Glock, una radio y aunque no lo podría usar mi bate.
Ya estaba todo listo y preparado, esta era mi ultima noche en el refugio por un tiempo. Como siempre cenamos y los chicos se fueron a dormir, como siempre nos quedamos con el mejicano hablando y tomando tequila. Luego de un rato de charla me metí en la bolsa de dormir y me propuse dormir, luego de un rato caí ante el hechizo del sueño y me dormí. Al otro día Katy con su dulce vos me despertó y me entrego mi desayuno, luego de comerlo revise mi equipo y me prepare, me despedí de todos y tome la escalera.
No fue fácil llegar a la esquina, use la escalera como puente pero igual fue difícil. Al llegar a la esquina podía observar a pleno las dos calles, arme la carpa y dentro coloque todo mi equipo, la caja con munición, arriba de esta la radio, la carpa tenía un pequeño gancho para colgar la lampara. Deje reposar el rifle a lado de la bolsa de dormir y abrí la mochila, saque el walkie tokie y me sorprendí al encontrar lo que había abajo. El mejicano siempre con esos detalles, había una pack de 6 latas de cerveza Corona, cada vez que bebíamos cerveza repetía lo mismo “nada se compara a una buena Corona fría”, cada vez que recuerdo esto no puedo evitar sonreír.
Ya estaba asentado en el café, prendí la radio y trate de encontrar alguna señal sin éxito. Tome el walkie tokie y me comunique con los chicos les dije que todo estaba bien, ya estaba listo para pasar mi semana. Observe la calle y había alrededor de 50 infectados, entre a la carpa y tome el rifle y unos cuantos cartuchos, me tire cuerpo a tierra en el techo con mi rifle en la mano, apunte con la mira a un hombre de no mas de 40 años, tenía unos profundos ojos rojos y una mirada desesperada, me relaje exhalé y cuidadosamente presione el gatillo. Vi como su cráneo se partía, hueso, cerebro y sangre salto al penetrar la bala en la cabeza. El hombre callo de rodilla y luego se tendió en el piso con sangre que brotaba de su cerebro. Los infectados empezaron a moverse y ha rugir, claramente habían notado el disparo y la muerte de su compañero caníbal, me quede mirando el cuerpo muerto a través de la mira del rifle, si ninguna alarma, sentía un grito de euforia, me di vuelta venía desde el walkie tokie, luego escuche “buen disparo compadre” era la voz del mejicano, me reí y tome el walkie tolkie:
-Max: jajajaj buen tiro para ser mi primer disparo
-Pedro: realmente me impresionaste amigo, la primera vez que te vía con la pistola se notaba que te vibraban las pelotas jaja
-Max: eres tan cómico, maldito mejicano,¿te apuesto 2 Coronas a que no mejoras mi tiro?
-Pedro: trato echo amigo
Que imbécil fui, como le iba a apostar a Pedro que no mejoraba mi disparo, bueno por lo menos me quedan 4 cervezas. Me quede parado esperando el disparo. Luego sin aviso sentí el ruido de un rifle disparando, y observe co0mo un bastardo caía al suelo con medio cerebro afuera. Tome el rifle y use la mira como prismáticos, localice las piernas del muerto y lentamente fui subiendo hacia la cabeza, maldito hijo de puta, le había metido la bala exactamente entre las dos cejas, tome el walkie tolkie y le dije:
-Max: eres un mejicano hijo de puta, vuélvete a tu maldito país (en tono burlón)
-Pedro: jajajaj no me quedo aquí, me gusta romperles el culo a blanquitos con arma
El mejicano era todo un personaje, que suerte tuvimos al encontrarnos con el, nos salvo la vida y ademas encontramos un excelente compañero. Luego de nuestra pequeña competencia, pasamos toda la tarde matando a los bastardos de la calle, para la noche ya teníamos toda la calle despejada. Me metí en mi tienda, deje el rifle en el suelo y me desplome en mi bolsa de dormir. Había pasado toda la tarde matando infectados, me merecía una buena cena, tome dos latas de conserva, una era carne y la otra verduras, las devoré en cuestión de segundos. Luego salí afuera y tome una de las cervezas, antes de que pudiera hacer algo, la voz del mejicano sonó en el walkie tolkie:
-Pedro: no vas a empezar a beber sin mi ¿no?
-Max: ¿como sabes que tome una cerveza?
-Pedro: Mira a la esquina
tome el rifle y use la mira para ver, ahí estaba el mejicano con un par de grades binoculares y una botella de cerveza en la mano, aunque estábamos a una cuadra de distancia nada impediría que tengamos nuestras charlas, no me sentía tan solo como creía que estaría.
La semana paso rápido, hablando por el walkie tolkie, leyendo las revistas, matando a algún zombie ocasional, antes de que me diera cuenta los 7 días habían pasado. Guarde todo el equipaje y con la escalera emprendí el camino de vuelta a el refugio.
Me alegre al ver que todos me esperaban felices, me sorprendió ver a Bill parado, todo marchaba bien. Después de una hora de mi llegada el mejicano estaba de vuelta. Luego todo el panorama de ennegreció, no entendía que había pasado, luego comprendí, la comida estaba en las ultimas quedaban para unos 5 días. Si no conseguíamos comida moriríamos de hambre. Había que idear un plan y rápido, no nos quedaba mucho tiempo.
Saludos, pronto más episodios
