La llegada de las tinieblas al reino del hombre tiene su origen desde
el libro de las revelaciones, según Juan, quien menciona lo siguiente.
"El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su
reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y
blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras,
y no se arrepintieron de sus obras" (Apocalipsis 16:10-11).
Esta profecía tomó mucho más vigor hace no más de cinco años, cuando
comenzó a propagarse en la red el Tercer Secreto de Nuestra Señora de
Fátima, el cual afirmaba que tras una guerra nuclear el mundo
experimentaría 72 horas en penumbras, salvándose apenas las personas
correctas y temerosas de la ira del Señor. Además, textualmente decía
que: "la noche será muy fría; soplarán fuertes vientos; habrá angustia
y en poco tiempo comenzará el terremoto, temblará la Tierra. En casa
cierra puertas y ventanas y no hables con nadie que no esté en tu casa.
No mires hacia fuera, no seas curioso, pues ésta es la ira del Señor.
Enciende velas benditas, ya que por tres días ninguna otra luz
encenderá".
Ciertamente, un sinnúmero de adeptos al catolicismo temieron ante
semejante profecía, la cual es completamente falsa y no se acerca
siquiera al texto redactado por Sor Lucía en 1941, el cual se trataba,
según varios teólogos, de un llamado hacia la reflexión, la penitencia
y la salvación de la fe cristiana.
Después de todo... no es imposible
La ciencia moderna no ha dejado de apasionarse por un tema tan
reiterado, no sólo en la tradición judeo-cristiana, sino además por
diversas religiones a lo largo de la historia. Aunque no podrían
asegurar la llegada exacta de los anunciados tres días de oscuridad,
tampoco descartan la posibilidad. De hecho, existen muchísimas
posibilidades de que la humanidad quedase en tinieblas durante cierto
período de tiempo.
Las teorías van desde algo tan corriente como una erupción volcánica
que, por supuesto, habría de tener una magnitud vertiginosa, hasta un
planeta Tierra succionado por un agujero negro. No debemos olvidar que
somos apenas un punto dentro de un infinito plagado de posibilidades y
sustancias desconocidas para nuestros ojos. Un manto de desperdicio
cósmico capaz de eclipsar la luz solar, el paso de un gran cometa, la
intervención de seres de otro planeta... las probabilidades en el
espacio son infinitas.
Pero el hombre sólo puede actuar sobre sus dominios, y en este caso
se trata de nuestro ecosistema. Es mucho más probable que un desastre
nuclear nos deje en penumbras antes de ser absorbidos por un agujero
negro.
Para muchos teólogos y estudiosos del fin del mundo, las profecías
están escritas para alertar al hombre de lo que podría ocurrir, pues de
lo contrario no tendría algún sentido su divulgación... Se trata de un
llamado a la reflexión y la conversión interna. Ya lo ha dicho la
escritora Brittany Herrero Smith, en su libro La llegada del segundo
hombre: "necesitamos un suicidio masivo, el hombre tal como lo
concebimos, lleno de vicios y una errada visión de progreso, debe
volver a nacer".
Así pues, no debemos temer días de oscuridad, según los profetas,
luego de la oscuridad tendremos un mundo distinto. Lo dijo Juan: "14:14
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante
al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la
mano una hoz aguda". Lo dijo Pío: "Al amanecer del próximo día el sol
brillará otra vez y su calor y su luz disiparán los horrores de la
oscuridad".
En cuanto a la profecía, los días de oscuridad no necesariamente
habrían de ser tres, pues el hombre y la tecnología nuclear podrían
dejarnos libres de luz por cientos de años.
El planeta en tinieblas también puede ser interpretado como una
etapa oscura en un mundo lleno de hambre, guerras y crímenes. Entonces,
¿no sería mejor reestructurar nuestros pensamientos en lugar de esperar
la fatalidad? Hace falta solamente pisar un botón rojo para despojar al
hombre de la luz. ¿Qué piensa usted hacer al respecto? ¿Es capaz de
vivir cada minuto como si fuera el último o prefiere deleitarse con el
sensacionalismo caótico del final?
Y vosotros... qué opinais de esto? La verdad esque da miedo
el libro de las revelaciones, según Juan, quien menciona lo siguiente.
"El quinto ángel derramó su copa sobre el trono de la bestia; y su
reino se cubrió de tinieblas, y mordían de dolor sus lenguas, y
blasfemaron contra el Dios del cielo por sus dolores y por sus úlceras,
y no se arrepintieron de sus obras" (Apocalipsis 16:10-11).
Esta profecía tomó mucho más vigor hace no más de cinco años, cuando
comenzó a propagarse en la red el Tercer Secreto de Nuestra Señora de
Fátima, el cual afirmaba que tras una guerra nuclear el mundo
experimentaría 72 horas en penumbras, salvándose apenas las personas
correctas y temerosas de la ira del Señor. Además, textualmente decía
que: "la noche será muy fría; soplarán fuertes vientos; habrá angustia
y en poco tiempo comenzará el terremoto, temblará la Tierra. En casa
cierra puertas y ventanas y no hables con nadie que no esté en tu casa.
No mires hacia fuera, no seas curioso, pues ésta es la ira del Señor.
Enciende velas benditas, ya que por tres días ninguna otra luz
encenderá".
Ciertamente, un sinnúmero de adeptos al catolicismo temieron ante
semejante profecía, la cual es completamente falsa y no se acerca
siquiera al texto redactado por Sor Lucía en 1941, el cual se trataba,
según varios teólogos, de un llamado hacia la reflexión, la penitencia
y la salvación de la fe cristiana.
Después de todo... no es imposible
La ciencia moderna no ha dejado de apasionarse por un tema tan
reiterado, no sólo en la tradición judeo-cristiana, sino además por
diversas religiones a lo largo de la historia. Aunque no podrían
asegurar la llegada exacta de los anunciados tres días de oscuridad,
tampoco descartan la posibilidad. De hecho, existen muchísimas
posibilidades de que la humanidad quedase en tinieblas durante cierto
período de tiempo.
Las teorías van desde algo tan corriente como una erupción volcánica
que, por supuesto, habría de tener una magnitud vertiginosa, hasta un
planeta Tierra succionado por un agujero negro. No debemos olvidar que
somos apenas un punto dentro de un infinito plagado de posibilidades y
sustancias desconocidas para nuestros ojos. Un manto de desperdicio
cósmico capaz de eclipsar la luz solar, el paso de un gran cometa, la
intervención de seres de otro planeta... las probabilidades en el
espacio son infinitas.
Pero el hombre sólo puede actuar sobre sus dominios, y en este caso
se trata de nuestro ecosistema. Es mucho más probable que un desastre
nuclear nos deje en penumbras antes de ser absorbidos por un agujero
negro.
Para muchos teólogos y estudiosos del fin del mundo, las profecías
están escritas para alertar al hombre de lo que podría ocurrir, pues de
lo contrario no tendría algún sentido su divulgación... Se trata de un
llamado a la reflexión y la conversión interna. Ya lo ha dicho la
escritora Brittany Herrero Smith, en su libro La llegada del segundo
hombre: "necesitamos un suicidio masivo, el hombre tal como lo
concebimos, lleno de vicios y una errada visión de progreso, debe
volver a nacer".
Así pues, no debemos temer días de oscuridad, según los profetas,
luego de la oscuridad tendremos un mundo distinto. Lo dijo Juan: "14:14
Miré, y he aquí una nube blanca; y sobre la nube uno sentado semejante
al Hijo del Hombre, que tenía en la cabeza una corona de oro, y en la
mano una hoz aguda". Lo dijo Pío: "Al amanecer del próximo día el sol
brillará otra vez y su calor y su luz disiparán los horrores de la
oscuridad".
En cuanto a la profecía, los días de oscuridad no necesariamente
habrían de ser tres, pues el hombre y la tecnología nuclear podrían
dejarnos libres de luz por cientos de años.
El planeta en tinieblas también puede ser interpretado como una
etapa oscura en un mundo lleno de hambre, guerras y crímenes. Entonces,
¿no sería mejor reestructurar nuestros pensamientos en lugar de esperar
la fatalidad? Hace falta solamente pisar un botón rojo para despojar al
hombre de la luz. ¿Qué piensa usted hacer al respecto? ¿Es capaz de
vivir cada minuto como si fuera el último o prefiere deleitarse con el
sensacionalismo caótico del final?
Y vosotros... qué opinais de esto? La verdad esque da miedo